Chapuzones con tu perro: la guía definitiva para disfrutar del verano en la playa y la alberca sin riesgos
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Chapuzones con tu perro: la guía definitiva para disfrutar del verano en la playa y la alberca sin riesgos

26 de diciembre, 2025
El verano ha llegado, el sol brilla con fuerza y el calor pide a gritos un buen chapuzón. Y claro, tú estás listo para sacar la toalla, el traje de baño... ¿y tu perro? ¡Por supuesto! Pero antes de lanzarte con tu peludo al agua, ya sea en la playa o en la alberca, hay varias cosas importantes que debes tener en cuenta. Porque sí, compartir el verano con tu perro es genial, pero hacerlo con seguridad y conocimiento es aún mejor. Aquí te traemos todo lo que necesitas saber para que tú y tu mejor amigo disfruten del agua como verdaderos expertos en diversión acuática.

¿Tu perro sabe nadar?

Primero lo primero: no todos los perros nacen sabiendo nadar. Aunque nos imaginamos a todos los lomitos chapoteando felices con el famoso “estilo perrito”, la realidad es un poco distinta.

Hay razas que parecen haber sido creadas para nadar: labradores, golden retrievers, terranovas... incluso algunos terriers se lanzan al agua sin pensarlo. Pero otras razas, especialmente las de nariz chata (braquicéfalas) como los bulldogs, pugs o Boston terriers, pueden tener dificultades para mantenerse a flote o regular su respiración mientras nadan. Además, perros mayores, con sobrepeso o con problemas de salud pueden necesitar apoyo adicional o incluso deben evitar el nado por completo.

Así que antes de asumir que tu peludo es un delfín disfrazado de perro, haz una pequeña prueba en un espacio seguro, como una orilla o una alberca con escalones o rampa. Nunca lo obligues a entrar y recuerda que cada perro tiene su ritmo.

Enseñarle a nadar: un paso a la vez

Si tu perro no ha nadado antes, empieza con calma. Elige un lugar tranquilo y sin corrientes, como una alberca poco profunda o una playa sin olas. Llévalo con correa, usa una voz alegre y ofrécele juguetes que floten para motivarlo a entrar. Muchos perros se sienten más seguros si sus humanos entran primero.

Una recomendación de oro: usa siempre un chaleco salvavidas para perros, especialmente si está aprendiendo. Asegúrate de que tenga asas para poder levantarlo sin problema si se asusta o se cansa.

Recuerda que el refuerzo positivo (premios, caricias, palabras alegres) es tu mejor aliado. Y si tu perro no quiere nadar, no lo fuerces. Tal vez prefiera simplemente chapotear en la orilla o mojarse las patas.

Si vas al mar, ten esto en cuenta

¡Ah, la playa! Arena caliente, olas refrescantes, olor a brisa marina... y un montón de cosas nuevas para tu perro. Pero también muchos riesgos si no tomas precauciones.

1. Vigila las olas y las corrientes. Incluso un perro fuerte puede verse superado por una corriente de resaca o una ola inesperada. Nunca pierdas de vista a tu peludo y evita zonas en que el mar esté agitado. Si vas a dejarlo suelto, asegúrate de que responda bien al llamado.

2. ¡No al agua salada! Muchos perros, por curiosidad o sed, terminan tomando tragos de agua de mar. Pero cuidado: el exceso de sal puede provocar vómito, diarrea, deshidratación importante e incluso intoxicación. Siempre lleva agua fresca y limpia para que pueda beber con seguridad.

3. Patas y almohadillas a salvo. La arena caliente puede quemarle las patas y los objetos ocultos (vidrio, basura, conchas) pueden cortarlo. Revisa sus patas después del paseo y considera llevar botas de protección si vas en horas muy calurosas.

4. Fauna marina. En algunas playas hay medusas, erizos o incluso animales más grandes que pueden ser peligrosos. Infórmate sobre la zona, evita áreas restringidas y mantente alerta.

5. Aléjate de los pescadores. Los pescadores son otro riesgo para los perros en el mar o en los lagos. Si alguien está pescando, es difícil ver el sedal y tu perro puede enredarse en él o el anzuelo puede atorarse en su piel. También pueden verse tentados a comer la carnada junto con el anzuelo, que puede terminar alojado en su aparato digestivo.

Albercas: diversión bajo control

Si vas a visitar un lugar con alberca, ¡también hay muchas formas de disfrutar con tu perro! Pero eso sí, toma en cuenta lo siguiente:

- Acceso seguro. Instala una rampa o escalera para que tu perro pueda entrar y salir sin problemas. Enséñale cómo usarla, y nunca lo dejes solo en la alberca, aunque sepa nadar. A veces, los perros no logran encontrar cómo salir y pueden entrar en pánico.

- Cloro y productos químicos. El agua clorada no es ideal para beber ni para la piel de tu perro. Asegúrate de que no beba agua de la alberca y enjuágalo bien con agua limpia después de nadar. Así evitarás irritaciones en los ojos, piel u hocico.

- Cuida sus oídos. Seca bien sus orejas después del baño para prevenir infecciones. Si tu perro tiene orejas largas o es propenso a otitis, consulta con tu veterinario sobre cómo limpiarlas correctamente después de nadar.

Hidratación, sombra y descansos: tus mejores aliados

A veces, entre tanta emoción, se nos olvida lo básico: el agua simple y la sombra. Si vas a pasar varias horas al aire libre, asegúrate de tener:

  • Agua fresca y limpia en abundancia
  • Una sombrilla o zona con sombra
  • Toalla para secarlo
  • Snacks ligeros y saludables
  • Bolsas para recoger sus necesidades
  • Protector solar

Evita las horas de más calor (entre 11 am y 4 pm) y asegúrate de que tu perro tenga pausas para descansar. No olvides que tu perro también puede quemarse con el sol. Esto es especialmente importante en razas sin pelo o con pelo delgado. Usa protector solar especial para perros, sobre todo en la nariz.

Después del baño: cuidados finales

Después de un día de diversión acuática, tu perro merece una sesión de cuidados. Enjuágalo bien con agua fresca para eliminar residuos de sal, arena o cloro. Sécalo con una toalla, con especial atención a zonas como las orejas. Si tiene pelo largo, cepíllalo para evitar nudos.
Y por supuesto, felicítalo: jugó, nadó, fue valiente, y ahora es tiempo de siesta.

¿Y si no le gusta nadar?

No a todos los perros les gusta nadar, ¡y eso también está bien! Si todos tus esfuerzos por convertirlo en una sirena peluda fracasan, siempre pueden disfrutar de otras actividades relacionadas con el agua, en especial en días calurosos:

  • Juegos con aspersores o mangueras
  • Albercas inflables poco profundas con un tapete en el fondo para que no se resbale
  • Caminatas al amanecer o al atardecer
  • Juegos en la sombra con pelotas o frisbees

Lo más importante es que compartan tiempo juntos y se diviertan a su manera.

¡A chapotear se ha dicho!

Ya sea en la playa o la alberca, el verano puede ser una aventura inolvidable para ti y tu perro. Solo necesitas un poco de preparación, atención y mucho amor para asegurarte de que cada chapuzón sea seguro y feliz.

Así que ya lo sabes: chaleco salvavidas listo, botellita de agua en la mochila, juguete flotante en mano... ¡y a disfrutar del sol con tu mejor amigo de cuatro patas!

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